La clase media y sus/nuestros pequeños goces.
Un barquito pone rumbo a Cartagena de Indias con niños y no tan niños devorahelados, juegos para separadas ebrias y hombres que se travisten caricaturizando sus deseos a la vez que huyen de la rutina.
Música a toda mecha, del reguetón a la salsa, mucha chancla, gafas de sol y colores pastel.
Los rubios de bote se destiñen con la sal, las cabezaditas del turista evocan conformismo.
La felicidad y la resignación bailan al vaivén de este barco inundado de almas adormecidas.
24 de marzo de 2011. Cartagena de Indias.
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