viernes, 11 de noviembre de 2011

Aerosmith ya es leyenda en Ecuador



Martí Quintana

Quito, 5 nov (EFE).- La banda de hard rock Aerosmith hizo leyenda hoy en Ecuador al actuar por primera vez en su larga trayectoria en el país andino, en un concierto celebrado en el Estadio Olímpico "Atahualpa" de Quito ante la friolera cifra de 40.000 personas.
En este esperadísimo concierto, los "chicos malos de Boston" ofrecieron un recital digno de las viejas glorias del rock, y se mostraron tan irreverentes e impuntuales como magistrales, enérgicos y entregados.
Interpretaron clásicos de sus cuatro décadas de éxitos, desde la primeriza "Dream On", pasando por poderosas baladas como "Crying" o desenfrenos como "Last Child".
Como toda leyenda, el grupo supo también alimentar su mito más allá del concierto.
La banda llegó pocas horas antes del espectáculo, según informó la organización, con el fin de no sufrir del mal de altura que supone adaptarse a los 2.800 metros de Quito.
De la misma forma, se prevé que tomarán un avión para proseguir su gira "Back on the road" en las próximas horas.
Un visto y no visto de la banda de Steven Tyler, que sin embargo estrujó las escuetas horas ecuatorianas que tenía por delante con un concierto que no dejó insatisfecho.
Aerosmith empezó con mal pie tras 45 minutos de retraso (a sumar a las horas de espera que ya llevaba el público a sus espaldas) y un primer tema, "Draw the line", del que solo se escuchó la mitad por problemas de sonido.
Será por ello que, a modo de calmante, decidieron recurrir a éxitos como "Love in an elevator", "Jaded" o "Janie's got a gun" enseguida.
En estas piezas Steven Tyler empezó a demostrar su potente calidad vocal, cabalgando entre los agudos imposibles y sus clásicos raspados de voz.
Tyler brilló, y no solo por el sombrero con purpurina y las joyas al más puro estilo 'glam' rock que vestía, y probó que a sus 63 años sigue en plena forma... e irresistible.
"Lo que más me gusta de Aerosmith es Steven Tyler. Los vengo escuchando desde muy pequeña porque mi hermana es súper fanática. Y él me encanta", confesó a Efe Adriana Solorzano, ecuatoriana de 22 años.
"Livin' on the edge", con pañuelo de Ecuador anudado a la cabeza, o "Eat the rich", fueron ampliamente coreadas.
Pero no tan aplaudidas como el solo de batería de Joey Kramer, donde la banda sacó su vena de humor rockero con el músico dándose de cabezazos contra los platos de su instrumento.
Tampoco faltaron baladas como "Amazing", "Crying" o "What it takes", que los reimpulsaron al éxito a finales de los ochenta tras pasar por unos años negros sumidos entre drogas, rehabilitaciones, y desavenencias internas.
Hoy probaron que todo esto quedó más que atrás, con continuos guiños entre los miembros de la banda y cargados de sonrisas y complicidad.
Además de un Tyler tan eléctrico como bueno compañero, quien cedió el protagonismo al guitarrista Joe "Fucking" Perry (en sus palabras), en un par de temas.
Ya en la recta final llegó la 'meteorítica' "I don't want to miss a thing", su mayor éxito hasta le fecha, y la setentera "Sweet Emotion".
Tocando un piano de cola blanco, Tyler entonó la atmosférica "Dream On", un tema que el público llevaba pidiendo a gritos hacía rato, quizás porque sin él nunca hubiesen empezado a sonar en las listas de éxito y hoy no estarían actuando en Quito.
En los bises cantaron "Walk this way" y "Crazy", esta última tan mítica como atípica en su repertorio, para terminar sacudiendo a los asistentes con "Mama Kin", un festín de guitarras.
Todo un regalo para Ecuador y que sonó como a una especie de "perdón" por la demora.
Tras un "Muchas gracias, thank you for coming tonight. Oh yeah" de Tyler, quien llevó durante un momento una típica máscara andina en la cabeza, Aerosmith dio por finalizada esta fiesta de dos horas.
No se dejaron la piel pero entretuvieron de una forma excelente, aunque por momentos se echó de menos algo más de emotividad en la voz del cantante.
Eso sí, nadie puede negar que esta banda, que las ha pasado de todos colores en sus más de cuarenta años, sigue con ganas de carretera e incombustible.
Ya lo dice el refranero popular: "Mala hierba (o buen roquero) nunca muere". EFE

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